viernes, 29 de enero de 2016

FORO, adelantado del cambio. Artículo de Francisco Álvarez-Cascos

FORO, adelantado del cambio
Por Francisco Álvarez-Cascos (*)


En enero de 2011 el PP estaba en la cresta de la ola y los analistas no barruntaban vientos de cambio en el mapa político. En aquella fecha de la que se cumplen cinco años, sin mirar encuesta alguna y sin más apoyo que nuestras convicciones, un numeroso grupo de asturianos decidimos apostar por un proyecto político nuevo y comenzar a desbrozar un camino inédito que nos permitiera evadirnos del estéril conformismo ante el declive de nuestro país. Adelantándonos a los tiempos, nos rebelamos contra la decadencia rampante para desterrar la resignación e intentar que Asturias volviera a ser una tierra de futuro, como lo fue en los últimos siglos. Hoy, cinco años después, no pretendo reescribir la crónica de aquellos días, que ya relaté documentadamente en mi libro Gobernanza a tres turnos”, pero sí creo que es una buena ocasión de valorar con la perspectiva del tiempo lo sucedido en el lustro transcurrido.

FORO en 2011 supo adelantarse a los cambios que hoy bullen en España porque sus partidarios nunca sucumbimos al fatalismo de sentirnos prisioneros de una maldición, ni al convencimiento de que los asturianos éramos víctimas de los meteoritos de una guerra de las galaxias, ni al desánimo de la impotencia. Sabíamos que nada de lo que sucedió y de lo que sucede en Asturias era fruto de un infortunio que hubiese elegido como escenario nuestro país. Estábamos convencidos de que todo lo que ocurría, ocurre y, previsiblemente, ocurrirá en Asturias es y será responsabilidad directa de los asturianos, para bien y para mal. Así pensábamos en 2011 y así seguimos aún más convencidos hoy, cinco años después.

Nuestras razones se han afianzado, al tiempo que alrededor nuestrolos cambios en el mapa político se han multiplicado. En este lustro, año tras año, la evolución de los indicadores de población, crecimiento y empleo, y los índices de actividad más representativos, definen  un proceso continuo  de declive de Asturias cuyos perfiles retratan la divergencia o el alejamiento creciente con el resto de España. En nuestro país se acumulan los impactos negativos de las políticas clientelares autonómicas  y se concentran los efectos perversos de las políticas discriminatorias e insolidarias  nacionales. Desde la financiación autonómica que recibe el Principado al reparto de las inversiones estatales para las obras públicas. Desde las ayudas europeas a nuestra ganadería de carne y de leche hasta los repartos nacionales de las cuotas pesqueras. Desde los planes de cierre de la minería pública y privada, a los costes penalizadores para la competitividad internacional de la industria. Desde la pésima promoción turística al penoso olvido del sector comercio. Es el retrato implacable de nuestra decadencia, mientras nuestros gobernantes socialistas lucen como figuras de cera aferrados a sus sillones, cuidando su clientela.

Pensábamos que, o se producía una revolución copernicana en la trayectoria de Asturias, o no sería posible el cambio de destino para promover su resurgimiento. Para ello elaboramos programas de cambio, obtuvimos victorias electorales, participamos en  gobiernos municipales y en el Principado y  buscamos la influencia decisiva en el gobierno de España. A algunos les pudo parecer a primera vista que sería suficiente formar unas agrupaciones de electores, comúnmente conocidas como candidatura independiente, para ganar elecciones. Sin embargo, para cambiar Asturias y superar la decadencia, a la mayoría nos pareció que era imprescindible un partido soberano que defienda un programa global, que arraigue con vocación de permanencia en la oposición y que gobierne con capacidad tridimensional de gestión. Esto solo sería posible si el soporte político, social y territorial es una organización democrática e independiente, dispuesta a enfrentarse sin concesiones al sucursalismo político, económico y mediático dominante en la región. Una organización sucursalista o cantonalista nunca alcanzaría el verdadero fin de sacar Asturias de la decadencia, dando respuesta a los problemas de los asturianos por medio de los instrumentos del gobierno.

FORO fue capaz de diagnosticar durante estos cinco años las causas de los males de Asturias, paso previo a la definición de las soluciones correspondientes, que el tiempo está confirmando tozudamente. Sus detalles están cumplidamente reflejados en nuestros diferentes programas electorales, ampliamente difundidos, que resisten el contraste con los de cualquier otro partido, singularmente si descendemos a lo concreto referido a Asturias. Y, de modo excepcional, están explicados en los libros que tenemos por costumbre escribir para que sean editados y divulgados por el partido.

Sobre todo, hemos querido dotarnos de unas normas estatutarias de funcionamiento democrático para sustentar nuestra organización, que aplicamos con rigor sin concesiones. Utilizando el símil del transporte público, el pasajero que  desea seleccionar un destino está obligado a tomar un taxi, porque las paradas en los autobuses las realiza el conductor para que las respeten los viajeros. Sucede que en los partidos, a veces, hay quienes intentan utilizar estos grandes vehículos colectivos como si fueran su taxi particular, lo mismo que surgen otro tipo de conflictos cuando intentamos integrar personas para formar equipos homogéneos, a partir de la heterogeneidad de las adhesiones que se agolparon en el aluvión de los apoyos iniciales. No hay que olvidar que en política, como en otros órdenes de la vida asociativa, restar es mucho más fácil que sumar.

Frente al riesgo de deterioro de los hábitos de comportamiento interno, en FORO podemos exhibir con orgullo nuestro modelo abierto de elección de los órganos de gobierno y de los candidatos mediante el sistema de “primarias”, con un límite de avales muy reducido para estimular la participación. Y en la búsqueda del equilibrio entre el fomento de la coincidencia saludable y los límites a la disidencia sancionable ejercen como garantes de la normalidad el funcionamiento colegiado de los órganos de gobierno, en primera instancia, y la actuación independiente del comité encargado de garantizar los derechos de los afiliados, en segunda instancia.

Finalmente, hemos acreditado que la renovación de los liderazgos es una seña de identidad diferencial de FORO, nacida de decisiones personales libres para asegurar la supervivencia del  proyecto, y también hemos demostrado que el apego a los sillones para perpetuarnos en los cargos acumulando trienios, mientras otros se obstinan en bloquear todo cambio en la acción de gobierno, es un vicio erradicado por la vacuna de la supremacía del interés general sobre el  interés personal.   

Al mirar hoy a nuestro alrededor, con el tiempo como juez del deber cumplido, contemplamos por babor y por estribor que han aflorado nuevos competidores, propulsados por los vientos del cambio. No estamos solos como en 2011. En FORO tenemos todo el derecho a sentirnos legítimamente orgullosos de ser los adelantados.
 
(*) Francisco Álvarez-Cascos se afilió a FORO en Luarca el 29 de enero de 2011

 
FOTO: Alvarez-Cascos firmando su afiliación a FORO sobre la Mesa del
Gremio de Mareantes y Navegantes (Luarca, Valdés, Asturias)