jueves, 10 de marzo de 2016

La carretera N 632 a su paso por Avilés

Juan Carlos Fernández: “Urge ejecutar una actuación integral en el tramo de la N-632 a su paso por Avilés, entre el Parque del Muelle y hasta el límite con el concejo de Castrillón” 


 “Dado su evidente deterioro en perjuicio de todos los vecinos del entorno, FORO ha presentado en el Congreso una iniciativa para pedir la actuación inmediata en este vial”

 “El Ayuntamiento ha preferido convertir un grave problema de los ciudadanos de Avilés en un burdo partido de tenis con el Ministerio de Fomento con el que se pasa la pelota” 

“No es excusa sostener que la aceptación de la transferencia de ese tramo se hará cuando esté ejecutada la Ronda Norte para evitar así el mucho tráfico pesado procedente del Puerto de Avilés que soporta esta vía”

miércoles, 9 de marzo de 2016

Escaño 2812

Esta es la pantalla de mi escaño, el número 2812. Cada uno de los 350 diputados tenemos un escaño en el hemiciclo que está dotado de un teléfono fijo y un ordenador con el que, supongo, se pueden realizar algunas tareas. Digo supongo porque todavía no he tenido tiempo de "trastear" con las aplicaciones informáticas aunque he visto a algunos parlamentarios veteranos que llevan su propio portátil para trabajar durante los Plenos,o sea que el del escaño debe ir justito de utilidades y programas. Como diría Supergarcía, "seguiremos informando".

martes, 8 de marzo de 2016

Mujeres

No me parece nada mal que haya una jornada dedicada a llamar la atención sobre “la mujer” aunque tal vez sería necesario hacerlo más reiteradamente porque, en efecto, hay materia suficiente para que la situación de las mujeres en España y en el mundo sean objeto de atención constante y esa es una cuestión que debería formar parte permanente de las agendas prioritarias de todos los responsables políticos. Esta mañana la presidenta de FORO, Cristina Coto, junto con la senadora Rosa Domínguez de Posada y otros compañeros, realizó una declaración oficial del partido con motivo del 8 de marzo.

En España hemos avanzado mucho aunque aterran las reiteradas noticias que tienen  las mujeres como protagonistas mortales. Y de la situación de la mujer en muchas partes del mundo, ¡para que hablar! Pienso, por citar un par de casos, en las niñas secuestradas por Boko Haram o en la trata de blancas cuyas víctimas llegan hasta nuestras calles o polígonos industriales. Por cierto, muchos de nuestros periódicos se nutren económicamente de los anuncios de prostitución, un asunto sobre el que, como senador, llegue a presentar una iniciativa al respecto (fue rechazada en una Comisión formada muy mayoritariamente por mujeres; creo recordar que el principal argumento para el rechazo fue que se había constituido una Comisión en el Congreso de los Diputados para trabajar sobre el asunto).


Entre mis compañeras de trabajo siempre escuché a una sostener que “con esto de la igualdad las españolas hemos salido perdiendo porque ahora tenemos que trabajar fuera de casa y encima continuar haciendo todas las tareas del hogar”. Un sutil mensaje para los que somos hombres, una meta para la educación y un deseo para que la igualdad sea de verdad, en todos los órdenes. ¡Feliz Día Internacional de la Mujer!

Albert Rivera, salvavidas de Pedro Sánchez

Albert Rivera, salvavidas de Pedro Sánchez


Artículo publicado hoy en El Comercio
Por Isidro Martínez Oblanca
Diputado por Asturias (FORO)

El pasado 4 de marzo no hubo sorpresa, como algunos considerábamos posible, y Pedro Sánchez resultó rechazado como presidente del Gobierno por una apabullante mayoría de 219 votos en contra de su solicitud de investidura. Nunca había sucedido nada semejante en las once ocasiones anteriores en las que Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se presentaron como candidatos.

El rechazo a Pedro Sánchez es mucho más que un estrepitoso fracaso político. La Constitución no contempla los debates de investidura como un trámite para que un candidato se presente, a ver si hay suerte, porque eso es un paripé de investidura que degrada al parlamentarismo. De hecho, se requiere una propuesta del Rey, al que Pedro Sánchez habrá explicado lo que el resto de los españoles aún no conocemos: los apoyos políticos que tenía…  y que finalmente no tuvo. Espero que algún día nos lo cuente.
Como diputado asturiano comprometido con su país, también me importaba mucho debatir el programa del candidato en la medida en que el futuro de Asturias depende de muchas decisiones del gobierno español que en los últimos años no contribuyeron a sacarnos del declive y de la decadencia, sino todo lo contrario. Por eso FORO decidió participar en una coalición electoral cuyo programa contenía compromisos de política nacional muy concretos para solucionar nuestros problemas y superar nuestra marginación.

Lamentablemente, ninguno de los 200 puntos del Acuerdo para un Gobierno Reformista y de Progreso de PSOE y C’s se ocupa de las reformas que necesitamos los asturianos para aspirar a un futuro de progreso. A Pedro Sánchez y a Albert Rivera, “tanto monta, monta tanto”, no les importa la financiación de las Comunidades Autónomas para que exista igualdad y solidaridad entre ellas; no les importa el reparto de las inversiones del Estado para que nadie sea más que otro ni tampoco menos que los demás. A Pedro Sánchez y a Albert Rivera les trae sin cuidado como se vertebra el territorio a través de las infraestructuras para que no sea posible una España de dos velocidades. A Pedro Sánchez y a Albert Rivera se les olvidaron los sectores industriales, energéticos o mineros nacionales como palancas fundamentales de crecimiento y de empleo en España. A Pedro Sánchez y a Albert Rivera no les interesa la España agroganadera que es un pilar de nuestra estructura social, ni tampoco la España marítima que tiene en la pesca una fuente de alimentación y de riqueza.

Escucharlos pedir a los demás el voto como un cheque en blanco –mejor, un programa en blanco- y hablar de sus ambiciones de poder, pensando en el día después de la formación del futuro gobierno que nos estaban proponiendo a los 350 diputados, me produjo una enorme preocupación. Primero, por el daño a la credibilidad política que provoca la quiebra ética de la palabra dada a los electores por Albert Rivera que tenían muy escondida su voluntad de pacto para que no gobernara el partido más votado, en contra de lo que anunció públicamente durante la campaña electoral. Segundo, porque los principales problemas reales de los españoles para crecer y crear empleo, garantizar los servicios esenciales y mantener las pensiones, como los servicios, la industria, la agroganadería, las comunicaciones o las telecomunicaciones quedaban fuera del acuerdo y del debate. Y tercero, porque usar la corrupción a la carta -en Madrid o Valencia les parece muy grave, pero en Asturias o Andalucía la ignoran- o equiparar a Bildu con el Partido Popular (PP), son ejercicios de fariseísmo o maniqueísmo, impropios de un parlamento democrático europeo.

         Para lo que sirvió el paripé de debate fue para la resurrección de Pedro Sánchez como lider de su partido. Gracias al salvavidas que le lanzó Albert Rivera, recuperó el protagonismo hundido por su gran derrota para coger aires frente a los “barones”. También sirvió para aflorar una coalición de gobierno entre el PSOE y Ciutadans que supongo que tendrán la valentía de formalizarla, si se repiten las elecciones, que es lo que se escondía detrás de los discursos de Sánchez y de Rivera. Contrapongo esta forma de hacer política con la que desde FORO estamos procurando realizar. Nuestra coalición con el PP se presentó a los asturianos con transparencia, y en este debate hemos actuado con coherencia, sin engañar ni sorprender la buena fé de nadie.

En el tiempo que me concedió la presidencia del Congreso para hablar desde la tribuna critiqué la candidatura de Sánchez y Rivera, como me correspondía para explicar el voto en contra de FORO. Pero dediqué el tiempo suficiente para explicar el programa para Asturias, el mismo, subrayo, el mismo que defendimos en la campaña electoral del 20 de diciembre. Fui el único diputado, entre 350, que dedicó el tiempo asignado a defender los intereses de los asturianos a los que represento. Es una soledad que a algunos les parecerá irrelevante o despreciable. Para mí -y para todos los compañeros y las compañeras que me han dado su confianza para representarlos en el Congreso- es una soledad muy honrosa, porque en nuestras filas no deseamos las compañías de quienes se olvidan de nuestros paisanos.  


lunes, 7 de marzo de 2016

Visitas

Me gusta mostrar a la gente el Congreso de los Diputados. No solo no me importa dedicar un tiempo a acompañar a los amigos, compañeros o conocidos que aprovechan que pasan por Madrid o que viven en la capital de España para conocer nuestro Parlamento, sino que me resulta muy placentero e instructivo. Ya lo hacía en el Senado. 

Estas visitas me agradan por dos razones: la primera, porque siempre es un placer tener la oportunidad de conversar con la gente y si son amigos mejor; pero es que, además, conviene empaparse de la admiración que las obras de arte, los elementos históricos, las dependencias, la excepcional biblioteca y, por supuesto, el hemiciclo, despiertan entre los visitantes. A veces, con el paso del tiempo y la propia rutina, los que disfrutamos del privilegio de ser "padres de la patria" acabamos por no dar el valor que alberga todo el Palacio de la Carrera de San Jerónimo y todo lo que ha representado en la vida de los españoles, así que estas visitas me hacen revalorizar el impresionante escenario donde tengo mi escaño. 

En la foto, tomada en una de las salas de prensa del edificio de ampliación del Congreso, aparecen Patricia Gil, Lucía Carande y Pelayo Vázquez, tres estudiantes universitarios con los que compartí uno de esos hermosos recorridos por las estancias que forman parte de la Historia de España.

De farsa en farsa hasta el abrazo final


De farsa en farsa  hasta el abrazo final


Artículo de Enrique Alvarez Sostres
Ex Diputado Nacional de FORO

Comentaba en un artículo en enero pasado unas reflexiones personales sobre las intenciones de Pedro Sánchez, secretario general socialista tras las elecciones del 20-D. Estimaba que «…toda la escenografía teatral (declaraciones, ruedas de prensa, apoyos políticos antinatura, enfados, recursos) tenían un único fin: desalojar al Gobierno de Rajoy y presentar su compañía casi crónica con jueces y tribunales, con el fin de sustituirlo por un frente del soberanismo y de la izquierda radical, con el liderazgo de la imagen de Pedro Sánchez, fortalecido dentro de su propio Partido Socialista». Decía que «…no se puede llamar nadie a engaño. El socialista Sánchez, en segunda vuelta de investidura, creo que venderá a quien sea las mismísimas esencias constitucionales del Reino con tal de ser presidente del Gobierno y… por un día. El caso es ser expresidente de Gobierno, perfil que le permitirá una imagen nacional y la fecunda pertenencia al Consejo de Estado vitaliciamente, entre otras minucias.

Y ello por una razón muy sencilla: o él, o el resto de ciudadanos. Le va la existencia política en su partido para, en su caso, poder optar a nuevas elecciones generales y la renovación de su cargo de secretario general del PSOE. Parafraseando a Bonaparte, «solo hay dos cosas que mueven a los hombres en política (y quizás en la vida como reza el ideal fisiocrata): el miedo y el interés personal».

Estamos asistiendo a la sesión de investidura y éste creo que será el núcleo de esta farsa política. Pedro prostituirá, adulterará, mentirá, disfrazará, cambiará y engañará hasta la propia esencia del valor de la investidura, que pasará de ser un mecanismo constitucional de presentación de un candidato y un programa de Gobierno a lo que para él solo será un instrumento de su objetivo político personal: ser presidente de España (aunque sea por una día) y secretario general del PSOE. Ya tendrá texto para su tarjeta de visita y su vida civil futura.

El cambio progresista y reformista tan manido por el deportivo candidato y que propone en su escenificación a los ingenuos ciudadanos, pretende exclusivamente obtener su fortificación dentro del propio Partido Socialista, por lo que le importarán una higa los problemas que se derivarían de la derogación de la legislación aprobada por las Cortes anteriores: la reforma laboral, la LOMCE educativa o la ley de seguridad, así como el problema del soberanismo de Cataluña y su implicación con las fuerzas soberanistas de orden territorial que cobija Podemos.

Me reafirmo en la foto que para mí traslada este personaje: es el conde don Julián moderno del Reino constitucionalista; sí, don Julián, el que entregó la dividida España visigoda al berebere Tarik, que, marcando el camino del mundo del que formó parte muy activa en anterior legislatura, pretende mudar insensatamente a Gran Visir o Gobernador del nuevo Reino revolucionario antisistema, que inaugura una nueva época, inicialmente cogido de la mano del señor Rivera. Así, han sido capaces de sacar a la luz las ya famosas 201 medidas con grandielocuencia social demócrata. «Medidas gaseosas y profilácticas que todo lo limpian y una propia de Senado romano». Rajoy y el PP debe ser destruido.

La proyección futura en el corto plazo es de farsa en farsa hasta el abrazo final entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, con tiempo limitado y de caducidad. Aquel en que se evaporen los restos del periodo Rajoy. Cualquier otro resultado estratégico significará la autodisolución del político Sánchez.

En este desenlace se me ocurren varias observaciones en el orden político. Por supuesto, nuestro pacto de coalición para la investidura de Rajoy y sus consecuencias en Asturias decae y no tiene efecto por sí mismo. Este es un ejemplo diáfano de lo que cuestan las grandes metas, como ya escribí hace ya tiempo. Por eso decía «que nuestro partido tiene que resetearse para la nueva trayectoria y los nuevos escenarios». Nuestro entramado ideológico autonomista debe fortalecerse, porque cada vez será más necesaria nuestra presencia política en las instituciones. Eso exigirá claridad política mental y decisión en ciertos diseños del partido en todos sus niveles. Las nuevas estrategias exigen nuevas tácticas y un lifting estético con objetivos sociales. Todo evoluciona con creatividad e imaginación. En el fútbol nadie juega ya con dos defensas; en la ciencia náutica (de producción y navegación) dominan más cosas que el astrolabio y la brújula clásica, y, por supuesto, en la política los grupos tienen que centrarse en el propio autoanálisis colectivo. No basta con el devengo de trienios y el activismo formal, aunque sean positivos, pero no llega al dinamismo del tiempo en el que estamos, que amenaza con dejar atrás a los que se rezagan en su adaptación.

Los próximos meses nos darán nuevas fotos de personajes y escenografías, pero en toda ellas prevalecerá la idea de Alexander Pope: «No hay cristales de más aumento que los propios ojos del hombre cuando mira su propia persona e interés».

(Publicado en El Comercio el 7.03.2016)

domingo, 6 de marzo de 2016

"Desdiputar", por Alfonso Ussía

Desternillante artículo de Alfonso Ussía. Hay que conocer mucho y muy bien la vida parlamentaria para escribir esta pieza tan divertida y tan acertada.

EL ARTÍCULO DE USSÍA
Diario LA RAZÓN
Sábado. 5 de marzo de 2016

“DESDIPUTAR”


Después de muchos años de profundos análisis he llegado a una conclusión que creo positiva. Trescientos cincuenta diputados son muchos. Con 200 y una mayoría absoluta de 101, los parlamentarios trabajarían mejor, intervendrían desde sus escaños con mayor comodidad y no estarían como sardinas en lata. Por otra parte, nada se perdería. Existen cinco modelos de diputados. Los dirigentes de los partidos políticos; los portavoces; los representantes en diferentes comisiones; los deambulantes sobre alfombras y los diputados de bar. Estos últimos son también necesarios, pero no los pertenecientes al cuarto grupo, el de los deambulantes sobre alfombras, cuya única misión es dar vueltas por los pasillos que rodean al hemiciclo y captar la atención de los periodistas con escasa experiencia. Después votan, claro está, y más de uno se equivoca con el botoncito.

El diputado de bar acostumbra a ser dialogante y comprensivo. Gusta de tomar su copa
en compañía de los diputados de bar de otras formaciones. Y aprovecha su condición parlamentaria para beber a precios más baratos que en los bares y cafeterías urbanas. Los hay que al finalizar la sesión parlamentaria precisan de una carretilla para ser depositados en las puertas del recinto. Nada que ver con los pálidos y buscones deambulantes sobre alfombras, que se ocultan tras las cortinas y cuando advierten la presencia de un joven periodista, hombre o mujer, aguardan su paso, recechan hábilmente, y cuando el corresponsal pasa a su lado, le piden una entrevista o le regalan una opinión: «Nuestro Grupo está unido. A ver si lo reflejas con contundencia en tu crónica de mañana». «Perdón, señor, soy la jefa de mantenimiento y estoy revisando los muebles deteriorados para proceder a su renovación». Si se prescindiera de los diputados reambulantes sobre alfombras, el Congreso pasaría de tener 350 representantes del pueblo a 234 como mucho. Por ello, hay que seguir con la guadaña.

Los 34 sobrantes hay que buscarlos en el bar, pero no a las horas tibias y agradables del aperitivo, el café o la copa vespertina. Se trata de un subgrupo muy específico, el compuesto por los «diputados de prolongado desayuno». El diputado de prolongado
desayuno es, en número, más mujer que hombre. Una legislatura normal, de cuatro años, principia con diez o doce diputados de prolongado desayuno, y finaliza con más de cincuenta. Son parlamentarios desencantados, nada utilizados, de voz afónica en los
plenos, obligados a aplaudir y perfectamente prescindibles. Aborrecen a sus dirigentes por no haber cumplido sus promesas personales. –Irene, serás la voz de nuestro partido en asuntos de Defensa-. Y la Defensa se la encomiendan a otro, alimentando en los interiores de Irene una hoguera de resentimiento de muy complicada extinción. Normalmente, el diputado de prolongado desayuno es proclive transfuguismo y termina el período parlamentario sentado en el grupo Mixto, la ensaladilla rusa o macedonia de frutas de nuestro hemiciclo. Un diputado de prolongado desayuno se aburre tanto en el Parlamento que termina intimando con Joan Tardá.


Ya tenemos 200 escaños para doscientos antifonarios patricios. Ahorro, efectividad y mayor comodidad en el cumplimiento del mandato popular. Menos bofetadas para ocupar un despacho con vistas a San Jerónimo, menos ordenadores, móviles y dietas, y una superior armonía por aquello del trato personal y el ambiente de colegio de pre-escolar que termina imponiéndose por la costumbre. Lo malo es que con estos que han llegado últimamente, desde la del niño que mama y el de la coleta a lo Paquita Rico, los recreos se pueden convertir en un suplicio. Pero es objetivo a intentar. Urge «desdiputar» nuestra Cámara Baja. Demasiada gente.