sábado, 27 de febrero de 2016

Llanto en Altamira: fallece José Antonio Lasheras

Un informativo nocturno de televisión me sacudió ayer con la triste noticia del fallecimiento en accidente de tráfico del director del  Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, José Antonio Lasheras.

A principios de 2001 me invitaron a conocer las obras a punto de finalizar de la neocueva de Altamira y fue el propio Lasheras, junto con otros miembros de su equipo, el anfitrión de una visita que ya permitía atisbar el enorme éxito de público que iba a tener la increíble y detalladísima réplica de las pinturas que abrieron al mundo el arte prehistórico. 

Precisamente hace unos días que acabé de leer un interesante ensayo de José Calvo Poyato ("Altamira, historia de una polémica") en el que rememora las vicisitudes que rodearon el descubrimiento de las pinturas en 1878  y la rotunda incredulidad de los hombres de ciencia de la época – fundamentalmente franceses- sobre su autenticidad, hasta el punto de que su descubridor, Marcelino Sanz de Sautuola, murió años después siendo considerado poco menos que un farsante. Solo la sucesiva aparición de otras cuevas con pinturas rupestres acabó por convencer a los escépticos de la veracidad paleolítica del descubrimiento de Altamira.

Desde 2001, con José Antonio Lasheras al frente, el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira ha suplido con creces la curiosidad y las absolutas restricciones para visitar la gruta original que, al igual que el conjunto de cuevas prehistóricas cántabras y asturianas, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Cualquier persona que tenga un mínimo interés por el arte prehistórico –yo, modestamente, confieso que lo tengo-  sale plenamente satisfecho de las salas de exposiciones y, por supuesto, de la recreación milimétrica de las pinturas que adquiere una especial dimensión con la aplicación de novedosas tecnologías que ayudan a explicar y comprender la vida de nuestros antepasados.

José Antonio Lasheras con todo su equipo ha hecho muchísimo por Altamira, por la Prehistoria, por Santillana del Mar, por Cantabria y por España. Hoy es un día muy triste para la ciencia y para la investigación mundial. Confío que la gran obra realizada por Lasheras en el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira continúe sumando más y más afición y sensibilidad por el conocimiento y la protección del arte parietal y por la ciencia. Será el mejor homenaje a su memoria.